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AIGrant es su asistente personal: comprende sus datos, los mantiene seguros y le entrega exactamente lo que necesita.
Mayo 2023, Seúl. En las salas de reuniones de Samsung Electronics, nadie había comprendido aún que la amenaza no estaba forzando las puertas. Ya estaba dentro, sentada en los escritorios, oculta detrás de consultas aparentemente inocentes a ChatGPT.
Mientras los equipos de seguridad buscaban amenazas en firewalls y registros de acceso, los datos más sensibles de la empresa ya estaban saliendo. No a través de exploits zero-day o ataques de ransomware. Sino mediante copiar y pegar en ChatGPT.
Tres episodios distintos, tres heridas abiertas en la seguridad de uno de los gigantes tecnológicos mundiales. En el primer caso, un ingeniero pega código fuente propietario en ChatGPT para optimizarlo. En el segundo, transcripciones confidenciales de reuniones se cargan para generar resúmenes. En el tercero, notas confidenciales de reuniones estratégicas terminan en los prompts de un chatbot público.
¿El resultado? Samsung prohíbe inmediatamente el uso de IA pública, pero el daño está hecho. Los datos ya están en los servidores de OpenAI, irrecuperables, potencialmente comprometidos. Fuga de datos a plena luz del día, sin malware, sin phishing, sin ataques sofisticados. Solo empleados tratando de trabajar mejor.
El caso sacudió la industria tecnológica, obligando a empresas de todo el mundo a repensar sus políticas sobre inteligencia artificial. Pero, ¿había una manera de evitarlo completamente?
Los investigadores de seguridad llaman a este escenario Shadow AI: el uso no autorizado de servicios de IA de consumo que evita completamente los controles corporativos. No es un ataque externo. Es una amenaza interna involuntaria, donde empleados bien intencionados se convierten en vectores de compromiso.
¿El punto crítico? La ausencia de protección persistente en archivos y endpoints, combinada con la falta de alternativas seguras. Los empleados necesitaban IA para ser productivos, pero la empresa no tenía herramientas para proporcionarla de manera controlada. El resultado es predecible: los datos sensibles siguen el camino de menor resistencia, dirigiéndose directamente a plataformas externas no gobernadas.
Las preguntas de los investigadores son siempre las mismas:
Imaginemos rebobinar la cinta a enero de 2023, cuatro meses antes del incidente. Samsung decide implementar el ecosistema CyberGrant. ¿Qué habría cambiado?
Aquí está el giro argumental: los empleados de Samsung habrían podido usar IA para optimizar código, resumir reuniones y analizar documentos. Pero todo habría permanecido dentro del perímetro corporativo.
AIGrant es el orquestador inteligente que permite interactuar con documentos en lenguaje natural, exactamente como se haría con ChatGPT. ¿La diferencia? Los datos nunca salen. Sin cargas a servidores externos, sin riesgo de entrenar modelos públicos con información propietaria.
¿El ingeniero que quiere optimizar código? Abre el archivo en FileGrant, consulta a AIGrant, obtiene sugerencias contextualizadas. Todo rastreado, todo gobernado, todo conforme a las políticas corporativas. ¿El gerente que busca un resumen de la reunión? Mismo procedimiento, misma seguridad.
Las políticas de acceso son dinámicas: se adaptan automáticamente según rol, departamento y clasificación del documento. La búsqueda semántica funciona solo sobre contenidos para los que el usuario está autorizado. Es gobernanza por diseño, no por imposición.
En la versión on-premise – la que Samsung habría elegido – los datos permanecen físicamente dentro de la infraestructura corporativa. Las claves criptográficas se gestionan internamente en lógica zero-knowledge: ni siquiera CyberGrant puede acceder a ellas. Soberanía digital completa, control total, cumplimiento garantizado con GDPR, NIS2 y DORA.
La protección no está en el lugar, está en el documento mismo. FileGrant aplica cifrado post-cuántico basado en CRYSTALS-Kyber directamente a los archivos, una protección que viaja con el documento dondequiera que vaya. No es una bóveda estática: es un sistema de seguridad persistente que permanece activo incluso después de la descarga, después del envío por correo electrónico, después de cualquier transferencia.
El sistema aplica clasificación automática y control de acceso granular. Cada documento se etiqueta según su sensibilidad, cada usuario accede solo a lo que le corresponde. Las auditorías son continuas, cada intento de acceso se registra. Y aquí está la primera línea de defensa contra Shadow AI: la extracción automatizada por chatbots públicos se bloquea de raíz.
FileGrant también permite compartir de forma segura hacia el exterior con partes autorizadas, manteniendo la protección activa.
Pero hay una última pieza: ¿qué sucede cuando un empleado descarga un documento para trabajar sin conexión?
RemoteGrant entra en juego con cifrado transparente en disco y nube corporativa. El archivo permanece cifrado incluso localmente, descifrable solo por la aplicación autorizada, solo por el usuario autorizado, solo durante el tiempo autorizado.
Escenario crítico: un empleado intenta copiar un archivo cifrado mediante USB, correo electrónico personal o servicio de nube no autorizado. ¿El archivo sale del perímetro? Permanece cifrado e inutilizable. Sin datos legibles, sin compromiso posible.
Reconstruyamos los tres episodios de Samsung con CyberGrant activo:
Episodio 1 – Optimización de Código:
El ingeniero abre el archivo fuente en FileGrant, usa AIGrant para el análisis. El código nunca se copia en ChatGPT porque la IA interna ya satisface sus necesidades. Sin fuga de datos.
Episodio 2 – Transcripciones de Reuniones:
Las notas se gestionan en FileGrant con clasificación "Confidencial". AIGrant genera automáticamente los resúmenes bajo solicitud. Las transcripciones nunca abandonan la infraestructura on-premise. Sin compromiso.
Episodio 3 – Compartir Externo No Autorizado:
Un empleado intenta copiar documentos sensibles hacia un servicio externo. El archivo sale cifrado con CRYSTALS-Kyber. Aunque alcance destinos no autorizados, permanece completamente ilegible. Sin impacto.
Resultado final:
FileGrant con AiGrant ofrece acceso por clasificación y procesamiento de lenguaje natural, mientras los datos permanecen dentro de tus sistemas.
El caso Samsung no es una anomalía. Es la señal de una transformación en curso: la IA está entrando en cada proceso empresarial, y sin gobernanza se convierte en un vector de riesgo incontrolable.
CyberGrant no elimina los riesgos. Los transforma en control y conciencia. Cada archivo protegido, cada acceso rastreado, cada interacción de IA gobernada. El cifrado post-cuántico garantiza protección incluso contra amenazas futuras. La versión on-premise asegura soberanía digital completa.
No es tecnología defensiva. Es seguridad habilitadora: permite usar IA sin compromisos en la protección de datos.
Shadow AI con exfiltración involuntaria de datos hacia chatbots públicos
Ausencia de gobernanza de IA y falta de protección persistente de documentos durante el uso de servicios de consumo